domingo, 18 de diciembre de 2011

Libertad positiva y libertad negativa.


En la teoría política existen dos sistemas de ideas lo cuales se contraponen, pero que pareciesen que tienden a referirse al mismo término cuando en realidad no lo son por que históricamente divergen uno del otro.
La libertad negativa es la referida a que la coacción debe ser aplicada para prevenir males mayores en la humanidad sin necesidad de llegar a la coacción sino que solo debe enfocarse a la no interferencia de agentes externos, ese concepto está referido a la idea clásica de libertad. Aunque la idea que presenta Mill sobre este tipo de libertad es que dicha libertad se refiere al intento de descubrir la verdad y desarrollar cierto tipo de carácter, por lo que de manera concreta y resumida podemos entenderlo como aquella libertad de hacer o no hacer algunas cosas determinadas por las normas, por lo que necesariamente se entiende debería estar limitada por ciertas reglas para regular la conducta humana que en muchas ocasiones tiende a no armonizar “automáticamente” como señala el autor, además de que este tipo de libertad es ética.  Ya que postula que para “evitar que los hombres se destruyan y conviertan la vida social en una jungla hay que instituir salvaguardas mayores para mantenerlos a raya”. Entendido como salvaguardas precisamente a lo mencionado anteriormente, es decir; las normas.

La libertad positiva según Mill parte del deseo por parte del individuo de ser su propio amo. Queda entendida como la capacidad de hacer algo, no porque alguien se lo impida. Para pensadores como Rousseau esta libertad se alcanza con la participación en los ejercicios de comunidad relacionada a la voluntad general. Esto puede equipararse con Mill que dicha libertad es la cualificación de la voluntad y trata de responder a la pregunta ¿por quién soy gobernado? En concreto la libertad positiva queda entendida aquella que obliga a un acto pero determinada por una norma superior.


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